sábado, 26 de julio de 2014

MANIFIESTO SOLAR



 

 

1.-Cada ser es un sol


Cada cosa existe por si misma, y al mismo tiempo, en relación a lo demás.
Cada hombre es una estrella: una estrella existe sin necesidad de nada para ser, con su propio brillo, y al mismo tiempo existe en relación a su efecto en lo demás, porque el brillo sólo existe cuando puede ser visto.

Cada hombre existe por si mismo y a partir del efecto que tiene en su realidad, y estos dos aspectos son uno sólo: Tú Haces lo que Eres, Eres lo que Haces.

Nada puede existir sin aquello donde existe, es decir, donde Actúa, esto es: la causa, que no existe sin el efecto (Causalidad*).  A su vez el efecto, no puede existir sin la causa; ningún tiempo y espacio pueden existir sin un “habitante” que les denomine: “este tiempo, y este espacio”.

El Ser, Existe, y existir es el efecto que tiene en su realidad, y el efecto tiene la misma forma que la causa, el pintor y la pintura son una misma cosa. La copa y el vino tienen la misma forma.

Todo el mar, todo cuanto ves en destellos, movimientos, azul inmensidad, percibes con los sentidos, sientes emocionalmente, interpretas con la mente, eres tú. Tú construyes la realidad de una percepción a través de las sensaciones y significados que generas a partir de ella, y a través de las sensaciones y significados, vas creando la realidad. Tu mente construye la realidad de una percepción, y esta realidad mental, crea los efectos; sin embargo, esta dualidad percepción-creación, es una ilusión, ya que el Ser es Uno con su realidad. Tú eres el mar al que llamas mar, y cuando te sumerges, el mar se sumerge en ti, en tu consciencia. No hay un “yo” que perciba el mar, tú estás hecho de las sensaciones, de la experiencia del momento, tú eres el momento.
Todo lo que existe, existe aquí y ahora: la idea del futuro, las imágenes del pasado, la figura de aquello deseado o aquello temido; la idea de lo que eres y no eres, de lo que existe y no existe, de donde estás y donde no estás; todo existe Aquí y Ahora, Todo es el Momento, y el Momento eres tú.
 
El Ser y su Realidad, son Uno. Y Uno es Todo, y Todo es Uno. El universo conforma los seres, y como el efecto es la forma de la causa, el individuo es la forma del Universo; asimismo, el individuo es creador siendo la forma del Creador, y crea su universo-realidad, de la misma forma que el fue creado; por ende, su propia creación es Todo, y conlleva la forma del Universo.

Siendo el individuo el efecto del Universo (la causa) y siendo la causa lo mismo que el efecto, el individuo es el Universo.

El Ser es pleno por y para si mismo.

2.- La ignorancia de ser un sol es la causa de la insatisfacción (el desAmor)

 

El estado natural del ser humano es el Amor, la inclinación natural por relacionarse y procurar el bien colectivo, la integración armónica, Unidad.

El estado original de la realidad es la Unidad, y todo sucede de acuerdo a la integración armónica. Es el ego, la negación interior, lo que lleva a percibir la realidad como separada e incompleta. El ego es Negación, miedo, separación.
Percibirnos separados de lo que nos rodea, de los demás, es la mayor ilusión que es la madre de otra gran ilusión: el yo. El yo es la imaginación de un ente separado, desconectado, autosuficiente, que tiene sus propios intereses y para ello manipula aquello que entiende como fuera de si, sin reparar en las consecuencias, dado que, finalmente, el está intacto y satisfecho mientras consume a lo demás.

Yo, Ego, es la ignorancia de Ser Uno.

La ilusión de la separación, que produce la insatisfacción del Ser que busca ser Uno por no ser consciente de que lo Es. Ego es entenderse a si mismo como la construcción mental de lo que “soy” formada por las experiencias vividas, y este yo falso es frágil y mutable, vulnerable y dependiente al estar basado en construcciones mentales las cuales siempre fluyen y mutan de acuerdo a las circunstancias; este yo falso, el ego y su fragilidad, siempre se está protegiendo del exterior “hostil”, creando la idea de la amenaza y por consiguiente la necesidad de vencer al exterior, al otro, para seguir existiendo. El ego se defiende contra el exterior, se protege de la luz de la verdad, la cual es: Tanto el ego, como el exterior, son ilusiones, creaciones mentales. El ego es el limitado, vulnerable y falso yo, que busca siempre proteger sus intereses limitados, contra un amenazante, peligroso exterior-otro, que también es falso.

La idea del Amor-Ser condicionado (Ser a partir de, en relación a, como consecuencia de…) crea el temor de dejar de Ser, de alejarse del Amor (la Unidad) y este mismo miedo es lo que aleja al Ser de si mismo.
El ego (la ignorancia) esclaviza al Ser en la idea del “deber ser” para estar completo (Uno), esclavitud en una paradoja, un laberinto sin salidas: deber Ser, para Ser
La idea de No Ser, la idea del vacío, genera la necesidad de Ser, lo que lleva a caer en justificaciones sobre lo que se Es, creadas a partir de lo ilusorio de una realidad separada.
El otro, lo otro, es una experiencia subjetiva del Ser, del si mismo, y no deja de ser si mismo al ser SU experiencia. La Unidad no se logra mediante la integración con lo otro, sino siendo consciente de que ese otro es una ilusión, y de que la Unidad Ya Es, Soy.

-Sobre la ignorancia llamada “el otro”.

No es posible estar aislado del otro, sencillamente porque el otro no existe, es sólo la forma del Ser, su efecto. Sin embargo el ego provoca la insatisfacción en el Ser que busca estar unido, es decir la experiencia del Amor, ignorando que lo Está-Es.
Por la ignorancia del Ser, este se mantiene buscando definirse, Ser, a partir de su realidad que entiende como “otro”, ignorando que este otro está siendo definido por él. El Ser ignorante de Ser, cegado por el ego, desarrolla una relación con su realidad entendida como separada de si mismo, y genera una contienda: busca conquistarle, se siente vencedor o vencido, dominante o sumiso; busca entenderle, domarle, definirle, vencerle, extraerle las respuestas, extraerle la satisfacción; le exige sentido, congruencia, satisfacción, estabilidad; busca la reconciliación con otro que no existe, por ende, la reconciliación nunca llega mientras se entiende lo otro, a partir del ego.
Ego es definirse siempre en relación a lo otro, que tener y que no tener, que hacer y que no hacer, para llegar a Ser; las ideas de la meta y el fracaso, el acierto y la equivocación, el tú correcto y el incorrecto; la idea del bien y el mal definida por la relación con la realidad como otro, la esclavitud a una existencia condicionada por el ego que define lo que soy y no soy, lo que debo ser y no debo ser, hacer y no hacer, tener y no tener, para lograr la meta de la experiencia del Amor (Unidad).
Esto es enajenación, cuando el pintor se enamora de su pintura sin saber que es suya, y la esclavitud que conlleva ser dependiente a lo que está pintado. El individuo escucha atentamente al “otro” (su realidad) para justificar su existencia y crear la idea de existir, para sentir que existe, ignorando que existe. Dios, dioses, divinidad, mundo, sociedad, el “otro”, quien sea, lo que sea, quien de la pauta racional de “quien soy” de manera comprensible y estructurada.

Ejemplos de sumisión a la otredad:
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          Mercadotecnia: Venta de identidades, moda, tendencia, creación de la ilusión de identidad y satisfacción (ilusión del Ser) consumismo, tener y hacer para llegar a Ser.
·         Sistemas de gobiernos, naciones, política: Quien sea que otorgue la seguridad para proteger a “ese yo que soy” limitado, separado del otro, vulnerable ante “el hostil”, quien nos proteja de nosotros mismos y de nuestra libre voluntad, quien no nos desampare en el peligro de equivocarnos, de ser responsables de nuestras vidas como consciencias creadoras dueños de nuestra realidad.
·         Religiones, sectas: Entiéndase la combinación de los dos anteriores para representar la pretensión de la solución para el individuo que busca el Ser.
·         Masa, sumisión social: Otra forma de gobierno que es buscado para perder el miedo a No Ser; la sensación de unidad a partir de sentirse integrado con el “otro”, ser parte de un todo, la idea de separación reconfortada pero no resuelta.

El ego genera la idea del “más allá”, el llegar a Ser y las ideas y nombres para expresarlo: felicidad, perfección, paz, bienestar, amor, paraíso, cielo, logro, meta, éxito. Ideas egoicas de otredad.
La esclavitud a la ilusión de una realidad separada, a la cual se somete el individuo por su necesidad de ser completo (al entenderse separado e incompleto) es la ignorancia de lo que realmente Eres: Una consciencia creadora que existe dentro de su propia creación.

-Sobre la ignorancia llamada “deseo y satisfacción”.

Ego es la negación del momento, es el anti-Ser, todo deseo y toda aversión, son una sola cosa: la negación del Aquí y el Ahora.
El deseo y la aversión es la forma en que nos alejamos del momento, con ambos negamos el estar aquí, buscando algo que no Es al desear, y huyendo de lo que Es al sentir aversión. Nos alejamos del Ser.
Ambos, placer y dolor, son una sola cosa: Deseo, el impulso de No Ser, al contrario de Ser.
La satisfacción es una ilusión, sólo existe el Deseo, que es una tensión, y la liberación de esta tensión que se entiende como satisfacción; sin embargo esta satisfacción es fugaz y el Deseo (compuesto de búsqueda de placer y huida del dolor) no cesa, entonces vivimos en la constante tensión deseosa y el fugaz y falso cese de la misma, porque donde un deseo termina comienza otro, porque el deseo no termina en alguna de las falsas reconciliaciones que se hace con algún “otro” es decir, la unificación con el objeto de deseo, puesto que esa unión con lo otro es ilusoria tanto como lo es lo otro, es por eso que el deseo (que es en realidad el impulso de Ser Uno, la cohesión del Amor) nunca es realmente satisfecho y el Ser nunca deja de desear, porque al buscarse en el objeto (lo otro) se aleja del sujeto (el mismo Ser).  El Ser se busca a si mismo, ignorando que Es consigo mismo.
En cuanto a la ilusión de la satisfacción, sólo existe la ilusión y la verdad de que no existe. Nada que pueda ser deseado produce el auténtico gozo, nada que pueda ser obtenido que antes haya sido deseado, es la plenitud. La plenitud es Ser, y el Ser no se encuentra creyendo que se debe llegar a Ser, sino siendo consciente de Ser.
El Deseo es la fuerza vital, entendido como multiplicidad de formas por el ego que define la separación, sin embargo todo impulso egoico existe dentro de una de dos categorías: atracción o aversión, y estas dos categorías son la misma cosa: el impulso de No estar donde se está.
Cuando la fuerza vital se derrama sobre el Aquí y el Ahora, sin forma, sin justificarse en la multiplicidad de metas que desarrolla el ego, es decir, se Desea existir, estar Aquí como Única voluntad, entonces se reside en el Ser, que es el auténtico Yo.

-Sobre la ignorancia llamada “yo” “personalidad”.

Deseos, miedos, sentimientos, impulsos, pensamientos, alegrías, odios, etc., todos son las generaciones de la mente, nacen, crecen se desarrollan, expanden, transforman, manifiestan y mueren, cimentados en un solo núcleo que es la raíz de todos: el Ser. El Ser es el verdadero Yo, del cual todo surge y por el cual todo existe, sin embargo, la ignorancia del Ser sobre si mismo provoca que este se identifique con sus generaciones mentales, es decir,  las ideas de lo que Es, que son sombras y reflejos de lo que Es, creadas por lo que Es.

El ego surge a partir de que la fuerza vital, el impulso de existir que es el núcleo del Universo y por ende del individuo y sus generaciones, es limitado por la razón. Esto es, la razón (que raciona, divide) no considera como existente aquello que no es capaz de percibir y comprender, entonces a partir de la razón, uno mismo no existe si no tiene forma perceptible, racionada y comprensible; como consecuencia y debido a que el Ser es imperceptible e incomprensible, el individuo justifica su propia existencia en la integración racional de las experiencias vividas, es decir su realidad.

Cuando el Ser, cuyo único propósito es Existir (manifestarse) se ignora a si mismo, entonces se crea una ilusión de existir basada en sus generaciones mentales, dado que necesita Existir, entonces crea la idea de que existe, pero esta idea es una ilusión que le separa de la contemplación de si mismo.
La generación de un concepto de lo que “soy” es ego, personalidad, una construcción mental que se justifica en el subproducto de la mente, es decir, ideas, emociones, recuerdos, expectativas, miedos, deseos, conocimiento adquirido y demás residuos de las experiencias vividas; de este subproducto racionalizado se estructura-crea la personalidad, el ego, que es incompleto, mutable, dependiente, condicionado y por encima de todo, un falso  “Soy” y por ende insatisfactorio. El Ser llega a creer que el es aquello que ha creado, reflejándose y encontrándose en la otredad ilusoria de su realidad, reconociéndose falsamente en las adherencias (apegos) de los subproductos de su mente que se le han incrustado, resultando  en que el  Ser se considere la consecuencia dependiente y no el creador independiente de estas.


La idea de Existir ensombrece el HECHO de Existir.
Un ejemplo de cómo la razón construye el ego, la identidad de las formas, mediante la razón estableciendo donde termina una entidad y comienza otra, es la parábola de los dos hombres y la piedra:

Un hombre transitaba un camino en soledad, de pronto se encuentra con una piedra en el suelo; se detiene a observarla y entonces dice: “Una piedra”, la toma y la golpea fuerte con un mazo, entonces la piedra se parte en dos, luego el hombre toma uno de las partes y dice “un pedazo de piedra”, entonces la toma y deja la otra, y sigue su camino.
Al poco tiempo, por el mismo camino pasa otro hombre, desconociendo los hechos anteriores, observa el pedazo de piedra, entonces la toma y dice “Una piedra”.

¿Quién tiene la razón, sobre si es un pedazo o una piedra entera? ¿Quién define cuando es Una piedra? Y en todo caso  ¿Qué es “una” piedra?

La ignorancia del Ser sobre si mismo y su plena Unidad, es la causa de la insatisfacción.

3.- La anulación de la ignorancia (ego) revelará la Unidad (Amor) original del Ser

 

Todo es Mental (Mentalismo), la naturaleza de la realidad es Mental, percepción, estímulo, experiencia; la roca es Mental porque es experiencia, se experimenta con los sentidos; la roca, los aromas, los colores, los pensamientos, los sentimientos, todo es Mental porque es experiencia.
La naturaleza de la realidad es ilusión ¿Qué es ilusión? Algo que sólo existe en la Mente y a su vez es creado por esta. La realidad existe en la Mente y es creada por esta. Todo es Mental. Todo es ilusión.
La mente es como un lago y las experiencias (la realidad) perturbaciones, ondas que no cesan. Estas ondas son Todo, el universo conocido, todo lo que es experimentable, tú eres una construcción mental, una idea, la idea de yo, una perturbación ondulante en el lago, eso es tu ego, pero más allá de eso, eres el lago en Verdad.
Todos somos Uno, todo es Mente experimentando ondulaciones que son máscaras en escenarios.
La existencia del hombre, su Deseo, su placer, su dolor, su preocupación, su gozo, lo importante y lo insignificante, su búsqueda, su confusión, su conocimiento grande y su amplio poder, son ondulaciones en el lago.
Cuando el lago está perfectamente quieto y puro, la luz puede atravesarlo sin obstrucciones  y pareciera que no hay lago, porque es totalmente transparente, entonces se dice que no hay ilusión ni ego porque la generación mental desaparece, sin embargo uno puede crearse a si mismo y a su realidad a su antojo, no estamos sujetos a la inercia de las circunstancias (ondas) sino que las estamos creando desde el núcleo que en verdad somos: Ser.

La luz, en la quietud de la Mente (lago) atraviesa de forma directa y sin obstrucción, entonces se dice que la Mente está iluminada, el ego ha sido anulado.
En tal situación, la Mente está situada en el Momento, el Ser.

La Mente continuamente está generando pensamientos debido al principio activo de la fuerza vital que busca reconciliarse (el Ser), que se manifiesta; la mente es un condicionador de vibraciones y el origen de ellas es el Ser, es este caso se puede comparar al Ser como la luz blanca original y la mente como el prisma que la multiplica debido a la degradación del Uno (luz blanca) en la multiplicidad (colores).

La fijación en la aparente multiplicidad de las formas de la realidad creadas por el impulso vital en la mente, es decir, los colores, impide que el Ser presencie la luz blanca, es decir a si mismo; cuando el prisma (la mente) está totalmente quieto y sin forma (no-ideas) entonces la luz blanca no es refractada y se aprecia como realmente Es; entonces, el Ser se ha visto a si mismo y ya no deseará más otra cosa que existir en la consciencia de la plenitud de si mismo.

Para alcanzar la quietud de la mente primero se debe tener el control de la mente.
La inercia de la mente hará que tienda a seguir su curso de enajenación con sus figuras mentales, es decir, de buscar reconocerse en ellas y darles el poder de definir su existencia. Control es sinónimo de consciencia, todas aquellas formaciones mentales que están bajo el control del individuo, son conscientes, y todas aquellas enajenaciones que manejan su vida y forman la inercia, son inconscientes, es decir que son imperceptibles y cuando se manifiestan, lo hacen como formas “ajenas” al individuo, como proyecciones.
Toda proyección es una forma del propio Ser manifestada a los sentidos, toda la realidad, es una proyección.
Las proyecciones, es decir, el reconocimiento de la forma expresada del propio Ser como entidades ajenas, son el obstáculo para el logro de la consciencia de la Unidad debido a que mentalmente existen fuera del control (consciencia) y de tal forma no pueden ser acalladas e integradas, de manera que el Ser no puede ser reconocido debido a la turbulencia del lago.
El dominio sobre todos los procesos mentales es necesario para lograr acallarlos todos y alcanzar la quietud absoluta de la mente que entonces reconoce al Ser. Para lograrlo, se debe asimilar la sombra, que es la parte no reconocida del propio Ser y la fuente de las proyecciones, se debe resolver, solucionar
Resolver, solucionar: disolver, diluir, mezclar.
Todo lo que existe es energía, que es una forma de llamar a los procesos mentales de la Gran Mente (el SER), la creación de la materia fue dada por la condensación de la energía, y todos los aspectos de la realidad son grados de condensación que interactúan entre si para formar lo que conocemos como Universo; esto es, simplificado a su grado más simple, como un vaso de hielo con agua: agua interactuando con agua en diferente forma.
Toda la multiplicidad de formas está definida por la vibración, dado que la realidad está formada de ondas, la frecuencia y amplitud de las ondas determina la naturaleza de las cosa (Vibración*) esto significa que nada está quieto, por ejemplo, la piedra, que aparentemente está quieta, requiere que sus moléculas vibren en una frecuencia específica y sostenida, para ser piedra (Ritmo*).
Como la bruma forma nubes, luego estas agua, luego esta puede formar hielo, y al final invertir el proceso, y todas estas formas de agua interactúan continuamente entre si. Esto pasa continuamente y forma la realidad.

Existen dos fuerzas en el Universo, la de conservación y la de expansión, siempre interactuando para construir, destruir y reconstruir la realidad dinámica; ambas siempre buscan reconciliarse, lo denso busca ser diluido y lo sutil busca ser materializado, bajo lo que es el efecto del la naturaleza de todas las cosas que les ha creado: La Unidad.
La multiplicidad, formada por la dualidad de las fuerzas (Generación*), siempre busca conciliarse para obtener la Unidad, siendo que los opuestos son lo mismo en diferente grado (Polaridad*), como ejemplo, frio y calor son ambos un grado de energía.
Los opuestos que se reconocen como ajenos entre sí, siempre actúan bajo el impulso de reconciliarse formando el equilibrio y la armonía del Universo, debido a la fuerza original de toda existencia que busca ser Uno.

Como es arriba, es abajo (Correspondencia*), la mente del individuo funciona de la misma forma que el Universo (Mentalismo): Siempre está generando (Generación) vibraciones (Vibración) que condensan formaciones mentales que se manifiestan (Ritmo), siendo el mismo la causa de su realidad (Causalidad); esta multiplicidad de formaciones mentales generan la idea de entidades separadas (ego) que finalmente por la ignorancia de ser Uno, el Ser entiende como una dualidad de separación entre él y su realidad (Polaridad). Esta dualidad, busca reconciliarse, resolverse, y esto es la búsqueda del estado de Amor (Unidad) que es la verdadera búsqueda del Ser.
Y así volvemos, a que el individuo busca reconciliarse con sus proyecciones y entenderse como Uno, obteniendo el control (consciencia) plena de sus formaciones mentales.

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