miércoles, 25 de diciembre de 2013

Psicología del Caos: Aproximaciones teóricas.































“Puesto que todo lo psíquico es preformado, también lo son sus funciones particulares, es especial aquellas que provienen directamente de predisposiciones inconscientes”

-C. G. Jung.

La estructura que adquiere el agua al congelarse en copos de nieve es siempre similar, porque obedece a principios invisibles implícitos en la naturaleza del agua; los patrones de su comportamiento de congelación surgen de la fuente de estos principios, los cuales no tienen una existencia física por sí mismos, son características universales a toda el agua; no conducen el orden de la solidificación en cristales del fluido desde un punto central de control externo; sucede que existe un orden, una ley que no es ajena al agua sino parte de su misma naturaleza y le permite ser agua.
Principios similares gobiernan todo lo que existe, de manera que la formación de un planeta, por ejemplo, siempre resultará en una estructura esférica de acuerdo a la misma naturaleza de la materia y fuerzas que lo forman; sucede lo mismo con el comportamiento de los gases, de las ondas, de las partículas y en general de todo lo que existe y llega a ser en el universo: todo tiene un principio regulador de acuerdo a su misma naturaleza.

El mismo tipo de principios reguladores se puede observar en la inteligencia colectiva de los grupos, en las parvadas de aves o bancos de peces que se mueven al unísono sin ser dirigidas por nada exterior al mismo grupo ni desde una jerarquía central, obedeciendo únicamente a la configuración del grupo de acuerdo a leyes muy básicas. Se puede vislumbrar este mismo fenómeno en la construcción de la cultura humana, que tiene similitudes características básicas independientemente del lugar, tiempo y grupo social del que se trate; todas las culturas desarrollan un lenguaje, una escritura, siguen un curso de evolución similar desde la estructura nómada-cazadora hasta la sedentaria-agricultora, elaboran códigos de conducta y establecen jerarquías de gobierno, por decir unos cuantos.

En la psique humana estos principios se conocen como “arquetipos”, los cuales no tienen una existencia material ni psíquica predeterminada, sino que son puntos de referencia sobre los cuales se construyen y organizan los contenidos mentales, determinando el curso y la evolución de la elaboración de nuestras ideas, dictaminando la evolución de estas hacia la totalidad de la complejidad de nuestro pensamiento. Esto significa que obedecemos inconscientemente principios, fuerzas inmateriales que comienzan como contenidos mentales y concluyen en conductas, dando lugar así a toda la formación de la existencia humana; evidenciando con esto que toda la existencia del hombre como individuo y colectivo está determinada por estas mismas fuerzas inmateriales, principios pilares del desarrollo del psiquismo de toda la especie.
Esto sugiere que existen patrones predecibles en la conformación del pensamiento de cualquier individuo, lo cual a su vez implica que es posible identificar un proceso específico de pensamiento-conducta de un individuo o grupo, reconocer el surgimiento y evolución de estos patrones, y con base en esta identificación, elaborar conocimiento que permita predecir el curso de la evolución y conclusión de corrientes específicas de pensamiento desde su más temprana manifestación, pudiendo así predecir la conducta futura de un individuo o grupo con menor o mayor eficacia, de acuerdo a la efectividad del reconocimiento previo de la conformación de los patrones organizativos. 

El reconocimiento de estos principios reguladores organizativos es el fundamento para una verdadera psicología, una ciencia predictiva del pensamiento y de la conducta, con resultados precisos; para llegar a esta exactitud en la ciencia del comportamiento primeramente debemos reconocer que existen estos principios, que son comunes a todos los individuos, que regulan desde lo inconsciente la evolución de la constitución de su pensamiento y que pueden ser identificados y clasificados independientemente de las características personales que adquieren por el desarrollo específico que se da en cada individuo particular, comprendiendo que si bien ningún copo de nieve es igual a otro, todos comparten el mismo principio estructural. Además de un pleno conocimiento de estos principios arquetípicos en la consciencia humana, se requiere una clasificación de su comportamiento en conjunto y de los resultados de su combinación, ya que no es un solo principio el que rige la psique humana, sino la interrelación de una cantidad variada y mezclada en distinta variedad y con distintas magnitudes de la influencia de cada uno sobre otro; es preciso comprender que somos la combinación de distintas fuerzas en distinta relación, combinación y oposición entre sí, con diferentes cantidades de cada una en cada caso.

 Todo esto hace que la complejidad de la predicción y conocimiento de la estructura de la psique, desde una perspectiva realistamente científica hacia una objetividad fenomenológica, se vuelva considerablemente complicada, pero a la vez implica que es posible, que podemos llegar a comprender la psique como un conjunto de fuerzas intrarrelacionadas actuando al unísono, y que podemos llegar a realizar cálculos exactos en el comportamiento humano, así como estudios forenses precisos, para reconocer tanto el estado interno presente de la mente, como lo que existió antes y lo que existirá después; pudiendo llegar a este conocimiento técnico tras haber reconocido primeramente tales principios reguladores, y luego, extensivamente haber estudiado empíricamente los resultados de sus combinaciones.


Suponiendo, claro, que no haya sido ya realizada esta enorme y sumamente compleja obra, habiendo sido olvidado su conocimiento entre lo que ahora entendemos como mera superstición...

viernes, 13 de diciembre de 2013

LOS ERRORES DEL ADEPTO: EL FALSO PODER (I)




Cuando mediante el Ars Arcanum se busca la manipulación de lo real mediante la ejecución de la propia voluntad e intelecto, es fácil caer en el error común de los adeptos: creer que se realiza una transformación en el mundo para obtener un beneficio tangible e inmediato. Esto es una falsedad vulgar, pues el propósito auténtico de ejecutar la voluntad sobre el mundo comparte la misma intencionalidad que la del artista cuando realiza su obra, es decir, obedece a necesidades del alma buscando resultados útiles sólo para su propio ser interior, y si es posible, en segundo lugar, se obtiene el beneficio material como un resultado residual.
Se busca transformar la realidad para despertar a la mente a la verdad de que es ella misma, y no objeto o fenómeno alguno del mundo, quien determina la realidad, y que la solidez aparente de lo tangible es únicamente “sólida” en cuanto la misma mente así lo dictamine.
Comprendiendo esta verdad se entiende a la vez que la naturaleza de los resultados, independientemente de ser clasificados como positivos o negativos, son igualmente iluminadores, pues mientras cumplan la finalidad de demostrar la sumisión implícita de la materia hacia la intencionalidad profunda de la mente, están revelando la falsedad misma del escenario sobre el cual se pretenden realizar juicios de bien o mal, los cuales no tienen fundamento si  el escenario mismo carece de realidad. ¿Qué tan buenos o malos pueden ser los actos que realizamos dentro de un sueño?


Es por esto que para el Ars, las clasificaciones de “blanca” o “negra” son producto de un juicio que aún no ha despertado a la verdad: el desarrollo de los fenómenos carece de cualidades pues ellos son meramente el producto obediente y transitorio de una Mens Aeterna. Nada positivo o negativo puede obtenerse de las relaciones con el mundo y las cosas mientras estás relaciones estén teñidas de afecto, es decir, contengan preferencias y expectativas personales que producen que el espíritu se apegue a las formas de la falsedad material, enajenándose en las circunstancias de la vida física. El caer en tales juicios o en cualquier inclinación afectiva por los resultados obtenidos de la ejecución de la voluntad en el Ars, es el verdadero mal original, pues el espíritu se mantiene esclavo y servil en concubinato con alguna de estas posturas aparentemente opuestas, jugueteando entre dos manos, apegándose a una y rechazando a otra, las cuales detrás del telón que pertenecen a la misma Mentira.

Cuando se identifica la auténtica meta de la realización de toda obra dentro de uno mismo, identificando el esfuerzo y el logro sobre lo material como únicamente la excusa para el ejercicio del espíritu y no como una finalidad en sí mismo, se puede trascender el riesgo primario de lograr el éxito en la obra y quedar preso de ese éxito, habiendo olvidado que el triunfo tangible es una ilusión y de hecho la primera y más eficaz trampa que detiene a aquel que ha iniciado su camino espiritual. En cambio, si se cae en la auto-satisfacción del poder recién descubierto y se olvida que lo hecho es sólo hecho para revelar la naturaleza reinante de quien lo hace (Spiritus) así como para procurar su ejercicio y evolución, se cae nuevamente y más profundo en la esclavitud en el reino del Demiurgos, alejándose aún más del amor de Sophia al aferrarse con aún mayor tenacidad al abrazo del olvido. Icaros es devorado por el sol y la bestia entierra sus garras en el cuerpo de Adán.

El gobierno de la ilusión es insubstancial en cada rincón ¿Qué vale un océano de nada? El engaño está en creer que la acumulación de vacío acabará por llenar la vacuidad, pero incluso la corona más lujosa es sólo un estigma de falsedad, un reinado de polvo. Cuídate de la corona de falso oro.