Derrama tu miseria sobre mí
Me bañaré en las mieles del hades
Que escurrirán sobre mis escamas
de plata…
La pena
Elixir amargo de placer inverso
Tu odio sabe a sangre tibia sobre
mi lengua
.
.
.
Madre aterradora, sublime bestia
de oscuridad
Su rugido es el de las olas
estrellándose en peñascos
¿Qué cordón umbilical les une a
Sofía-Lilith?
Yo revelé las cuerdas de los
títeres
Y hablé con la voz del demiurgo
De forma que pudieran odiarme
Y derramaran su sangre sobre mis
espinas
Heridos por sus propias ansias
De atrapar y asfixiar a la rosa
.
.
.
Me vestí de la Gran Obra con
enunciados escarlata
Y los sigilos sobre mi túnica
Contaban la historia del mar
Entonces destilé del veneno el
aroma
Perfume de violetas hechas loto.
Seis cadenas de lágrimas
Que unidas formaban seis colas de
león
Aguijonearon cuales escorpinas
dagas
Mi corazón
De esta manera ardió el silencio
Y se vistió de gala la muerte
.
.
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Serafín y Rabí
Zafiro y Rubí
El Aleph y el Golem del ciego
jaguar
¿Acaso puede ser cálido el Fénix
siendo azul?
Yo decidiré eso.
Eterna noche fría
¿No quieres ser Una conmigo?
Entonces, ni siquiera eres Una
contigo misma
Tu lujuria añoraba mi saliva
Pero cuando te he besado
Me arrojaste de nuevo al mar…
.
.
.
El misterio de citrinitas está en
los ojos de Venus
De Jade se vestirán nuestros
sueños.
AmArlA, el secreto de todos los
alquimistas
El rugido del león es un lamento
erótico que anhela la carne…
Toma y bebe de la piel y sangre
de Ella
Sabiendo que su corazón es dos
veces negro
Narcisos sin rostro
Besos de obsidiana
Abrazo de dos noches enemistadas
En el Gran Templo subterráneo de
las 4 cámaras
Resguardado por el Toro de
Amenti.
.
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¿Warum?
¿Muss es sein?
¡Es muss sein!
¡Ich Will!
¡ICH WILL MEIN HERZ
IN DER HÖLLE BRENNT!
Me bañaré con la sangre de mis
enemigos
Y de nácar puro brillará mi piel
Los pétalos de rosa, sus
intenciones rojas
Hilvanarán la alfombra que
deleitará mis pies
Ellos son el rio que me acaricia
cristalino
La voz del viento que no dice
nada
El ojo acusador de la luna
Que me arropa en su tenebroso
éxtasis…
¿Cuándo dejé de escuchar sus
lamentos?
Cuando dejé de escuchar los míos
Entonces se volvieron Todo bajo
el Cielo
Y al Amar a Xaphire Amé a sus
hijos
La Sangre tomó Aliento.
.
.
.
ADAM.
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