miércoles, 23 de julio de 2014

ANGUSTIA DEL CLAUSTRO HUMANO




Águilas que duermen mientras vuelan
sueñan que caen hacia el cielo
cabalgando el vacío, dueñas de lo eterno.

Obedientes al principio del viento
obligatoria libertad, sagrado vuelo
fidelidad al principio del universo.

Señores del caos
libérenme, libérenme, libérenme...
mi corazón puro clama
sediento de la voz del Inefable
¿Por qué tengo que permanecer
en este concubinato con el polvo y la muerte?
Pero, hágase la voluntad del Primero
pues yo no sé nada, pero creo
tengo fe en la verdad de lo eterno.

Vuelo a ti, obediencia primordial
he conocido mi dolor en el hombre
no tiene fin, no lo tiene...
mientras prevalezca uno, se sostiene el otro.

Dame la fuerza para derribar
este pilar de iniquidad
que arde con el fuego negro de su insuficiencia
en el ocaso del mirar.

Estoy de pie ante la marea de sangre
encadenado al secreto de los eones
fijado firmemente a esta misma piedra
con los ojos vendados.

Mi corazón clama por Ti
Señor de todo lo que es bueno
estoy sediento de tu nombre verdadero
hambriento de mi propia libertad
en mi sagrado tormento,
humillado en el beso de la muerte
arrastrado por marejadas de lo pecaminoso
abrazando la carne, pecando contra mis alas
por el olvido de Ti, Gran Señor y Maestro.

Mentiras y sus ecos, nada más
templos de la vanidad, cuerpos malditos
mi chispa arde en agonía sobre este mundo
el Rey se arrastra entre los mendigos
y las perlas son dadas a los cerdos.

Invoco tu guerra sobre esta oscuridad
luz de mi alma, cazador de espectros
justicia, y nada más
que se levanten las estrellas del suelo
de vuelta a su gloria celestial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario